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El trabajo en informática como bien común: el caso de Koumbit 1

Anne Goldenberg

(p. 171-176)

Este texto analiza las dimensiones políticas, económicas y relacionales de Koumbit, un grupo quebequés de trabajadores-as en informática que, ante todo, provee servicios de Internet a grupos asociativos y militantes de Quebec.

El modo de organización de este grupo se basa en el modelo del software libre, las teorías de la economía participativa y anticapitalista, así como las prácticas anarquistas y autogestionarias. Sus prácticas de organización han sido documentadas online por el grupo mismo en un wiki, pero también por varios estudios sociológicos2. Esta preocupación de transparencia y de compartir, el deseo de bienestar del grupo nos hace pensar que Koumbit concibe el trabajo como un objeto de bien común. Podríamos ver allí una manera de fomentar una mejora de las condiciones de trabajo en informática.

Koumbit es un colectivo de Montreal de trabajadores y trabajadoras en informática que se inspiró en la informática libre, en las teorías de economía participativa y en las prácticas militantes autogestionadas, para crear condiciones de trabajo politizadas, no alienantes y reproducibles. Koumbit es una palabra criolla de Haití que significa “agrupamiento de personas por una causa, un objetivo común”. Esta inspiración fundadora ubica el trabajo en el corazón del proyecto: el trabajo se convierte en bien común.

[1] Este artículo se basa en una investigación realizada por la autora respecto a Koumbit, en el laboratorio de comunicación mediatizado por ordenador (LabCMO) de la Universidad de Quebec en Montreal (Goldenberg 2006, 2008) y en un artículo sobre el care y el bienestar en el entorno hacker (Goldenberg, 2012).

[2] https://wiki.koumbit.net


Koumbit es un actor social reconocido en el Quebec. El colectivo alberga y provee servicios para numerosos proyectos militantes y socialmente comprometidos en Montreal y en Quebec. Este compromiso varias veces le llevó a mantener una posición política solidaria con los movimientos sociales, particularmente protegiendo a miembros y clientes de los servicios policiales que buscaban dar con los autores-as de declaraciones militantes y críticas.

Los miembros fundadores de Koumbit empezaron a colaborar durante las manifestaciones altermundialistas en contra de la Cumbre de las Américas en Quebec en abril de 2001, al constituir una plataforma de medios alternativos (el sitio web: cmaq.net). Trabajaban de forma voluntaria para apoyar esta plataforma y otros sitios web después de aquello, en solidaridad con los grupos militantes locales. En 2004, varios miembros decidieron crear un sistema más duradero para poder proveer los servicios a largo plazo. La creación de un colectivo de trabajo se convertía entonces en la condición sine qua non de la supervivencia de los servicios de Internet y de software para los grupos militantes. También fue una buena oportunidad para varios trabajadores-as en informática de conciliar sus valores con su trabajo cotidiano.

Los miembros del colectivo compartían inspiraciones teóricas, políticas y económicas comunes, como la economía participativa (ParEcon), un modelo económico propuesto por el teórico Michael Albert y el economista Robin Hahnel (Albert y Hahnel, 2003), que propone una alternativa al capitalismo y a la economía planificada apoyándose en los valores de equidad, solidaridad, diversidad y autogestión. Los miembros fundadores intentaron principalmente reproducir la noción de balanced job complex, incitando a los trabajadores-as a equilibrar su carga de trabajo y repartiendo las tareas de manera que se distribuya el poder y el placer de forma igualitaria. Estas tareas podían hacerse de forma rotativa. En 2005, todavía existía una duda respecto a lo que constituye una tarea “remunerable”.

Aunque los contratos de realización de sitios web conducían a una remuneración directa, algunas tareas se efectuaban voluntariamente porque no existía aún algún modo de retribución para éstas. Entre las tareas estaban las actividades de mantenimiento, de atención y de cuidados (administración de sistemas, contabilidad, secretariado, facilitación), que podrían asimilarse fácilmente a lo que Sylvia Federicci (2011) llama “actividades reproductivas”, muchas veces poco reconocidas ya sean en las prácticas de bienes comunes o en la sociedad en general. En el mundo técnico, estas actividades siguen siendo poco visibles (Denis, 2012), aunque estén bien pagadas (en comparación con actividades reproductivas descritas por Federicci, como cuidar niños o el trabajo doméstico). En Koumbit, la remuneración de estas tareas llamadas de cuidado y de mantenimiento fue durante un buen tiempo objeto de un debate interno. Por otra parte, algunos-as trabajadores-as defendieron la necesidad de reservar algunas tareas voluntarias sin tener que justificar a priori su utilidad para el colectivo. Así, los miembros pudieron seguir ofreciendo tiempo libre y voluntario en las actividades de exploración y de desarrollo sin que el colectivo decida sobre su pertinencia o cuadre su orientación. En aquel momento, animaban a los-as trabajadores-as a apuntar todas las horas que hacían para el colectivo para permitir una mejor visualización de la contabilidad. Alrededor del 2006-2007, algunos-as trabajadores-as percibieron esta racionalización del trabajo como una forma de control tecnificado omnisciente, que ejercía una presión innecesaria. Ellos y ellas pidieron que se centrarán los esfuerzos de gestión no en el control del trabajo, sino en una mayor comprensión de las necesidades relacionales y organizativas del colectivo. Esta necesidad por entender las dinámicas generales del grupo se tradujo principalmente en una documentación bastante exhaustiva de la organización del colectivo, de sus evoluciones, reuniones, resoluciones y métodos de trabajo. Desde los principios del organismo, esta documentación es accesible en un wiki público en esta dirección: https://wiki.koumbit.net/.


La apertura del proceso como militancia

En 2008, publiqué un artículo sobre “la apertura del proceso” como forma de militancia (Goldenberg, 2008). Describía la forma con la que Koumbit desarrolló una relación politizada con sus métodos de trabajo. Con esta expresión – la apertura del proceso como militancia- hago referencia a una visión de los métodos de organización como un objeto de bien común, y de los cuales el conocimiento técnico y empírico es crucial para mejorar el vivir juntos. Los procedimientos de reunión, los principios de retribución, las lógicas de separación de las tareas, como también las herramientas de gestión de los conflictos son así documentados en el wiki público del organismo. Con esta herramienta, los-as trabajadores-as también tienen acceso a los informes de todas las reuniones de trabajo. Inspirado en la cultura de lo libre, la apertura, la transparencia y la documentación de los procedimientos de trabajo parecen constituir los principales argumentos de duración (y de reproducción) de este modo de funcionamiento. Se trata de una militancia porque el colectivo reivindica esta apertura en los procesos como una forma de solidaridad y de transparencia social.

Por este acento puesto en la apertura del proceso, el colectivo también expresa lo que es y lo que se niega a ser. Algunos clientes no se aceptan si se les considera nefastos para la sociedad. Las herramientas se escogen en función de su contribución al bienestar colectivo. Para trabajar en Koumbit, la persona nueva tiene que comprometerse a respetar los principios fundadores del organismo. Estos se resumen en tres tipos de valores3: valores de autogestión (con la creación de un espacio participativo, y de felicidad igualitario), de apertura (con el uso de herramientas y de formatos libres; además del respeto del derecho a la información, el derecho a la vida privada y el derecho a la libertad de expresión) y finalmente valores de solidaridad (con otros colectivos, con una red de intercambio favoreciendo la autonomía tecnológica y con asociaciones aliadas). Todo esto nos permite hablar de un grupo con fronteras definidas, lo que es una de las condiciones necesarias para la protección de lo común, según Elinor Ostrom (1990).

De manera general, Koumbit funciona en autogestión. Desde su fundación, el colectivo adoptó reglas generales que definen una manera de funcionar muy horizontal. El colectivo se dotó de reglas y procedimientos cuyo seguimiento se garantiza durante jornadas de reflexión anuales, que muchas veces tienen lugar en una casa fuera de la ciudad. Los-as trabajadores-as también se reúnen durante encuentros de trabajo cada semana, en los que se hace el seguimiento de los asuntos corrientes, pero también de los posibles problemas de organización. Antes de ser adoptadas en asamblea general, la mayoría de las decisiones y de las modificaciones estructurales se hacen por los-as trabajadores-as. Un consejo de administración rige el organismo, pero es sobre todo para responder a las limitaciones estipuladas en las reglamentaciones para las organizaciones sin ánimo de lucro en Quebec. Su rol se limita en la práctica a aconsejar al colectivo de trabajo a partir de una mirada exterior y arbitrar los escasos y eventuales conflictos que no hubieran sido resueltos por el colectivo.

[3] www.koumbit.org/fr/apropos/valeurs


Hacia una preocupación por el bienestar

A pesar de su éxito a nivel de organización y su reconocimiento social, el colectivo sufre varias dificultades internas. El aumento del número de trabajado-res-as supuso reestructuraciones logísticas. Sin embargo, algunas dificultades difícilmente se pueden arreglar con la instauración de métodos de trabajo. Las tensiones a nivel de relación o de comunicación más bien son una preocupación creciente por el bienestar de los-as trabajadores-as.

Una de estas preocupaciones concierne a las relaciones de género. Como varios grupos en informática, el número hombre-mujer sigue siendo desequilibrado. En enero de 2014, el wiki de Koumbit contaba efectivamente 18 miembros trabajadores-as, de los-as cuales tres eran mujeres. Varias mujeres han trabajado para Koumbit, haciendo muchas veces el trabajo de diseño gráfico o de responsable de comunicación. Es menos frecuente que ejerzan puestos con responsabilidades técnicas. Para contrarrestar este desequilibrio, las trabajadoras son propuestas por el colectivo para roles administrativos, por ejemplo. Muchos debates sobre relaciones de género y el lugar de las mujeres en Koumbit contribuyeron a sensibilizar al colectivo sobre esta problemática. Aunque los-as trabajadores-as sean más conscientes de este problema en el mundo de lo libre, siguen trabajando en ello en su colectivo. En general, las tareas mejor valoradas son efectivamente las relacionadas al funcionamiento técnico y financiero del colectivo.

La preocupación para el bienestar se convirtió en un tema defendido por varios-as miembros trabajadores-as, en particular los-as que también se implican en otros colectivos autogestionados. Así, algunos-as trabajadores-as de Koumbit se adhieren a las preocupaciones de trabajadores-as de otros entornos politizados, quienes se interesan por la organización del trabajo colectivo y se preocupan por el bienestar en el trabajo. La especificidad de Koumbit está en el hecho de desarrollar esta inteligencia y esta sensibilidad en el entorno de la informática libre, transformando su experiencia en un objeto de bien común que puede servir de modelo o ser transmitido a otros colectivos.


Conclusión: el trabajo en informática como bien común

En Jalons pour un monde possible (2010), Thomas Coutrot sugiere reflexionar el trabajo como un bien común cuyas condiciones relacionales, físicas y psíquicas se ven amenazadas por el capitalismo neoliberal contemporáneo. Coutrot analiza particularmente la pérdida de sentido y el desamparo que caracterizan el trabajo en las grandes empresas informáticas. Para Coutrot, el trabajo decente debe ser considerado como bien común, y la toma de decisiones democráticas respeto a la organización del trabajo, a las inversiones de la empresa o a la repartición de las ganancias, constituyen elementos centrales de tal trabajo decente.

Más allá del imaginario fundador asociado al concepto de Koumbit (que significa en idioma haitiano un colectivo de personas orientado hacia una tarea común), el colectivo parece constantemente querer adherirse a las reflexiones de Coutrot.

El grupo busca concebir su espacio de trabajo como un lugar donde los miembros reflexionan sobre las mejores condiciones de compromiso, de eficiencia, pero también para el vivir juntos. Además, inspirado en eso por la cultura de la informática libre, el colectivo quiere documentar sus prácticas técnicas y de organización, para que esta documentación pueda servir a otros colectivos o grupos; esta dinámica que ya califiqué en este texto como la “apertura del proceso como militancia”. Estas prácticas de intercambio en el grupo, con los miembros, pero también con un público más amplio confirman que el trabajo es concebido en Koumbit como un objeto de bien común.

Anne Goldenberg. Doctora en Sociología y Comunicación, artista, investigadora y facilitadora. Investiga los aspectos políticos, epistémicos y poéticos de las plataformas colaborativas y de los dispositivos participativos.


Referencias
  • MICHAEL Albert. Parecon: life after capitalism. London; New York : Verso, 2003.
  • COUTROT Thomas. Jalons vers un monde possible redonner des racines à la démocratie. Lormont (Gironde) : Le bord de l’eau. 2010.
  • DENIS Jérôme. “L’informatique et sa sécurité. Le souci de la fragilité technique”. Réseaux, 2012, vol. 171, no 1, p. 161 – 187.
  • FEDERICI Silvia. “Feminism and the Politics of the Commons”. The Commoner, 2011, no 24. http://andandand.org
  • GOLDENBERG Anne. “Les pratiques collaboratives de Koumbit: La construction technique et politique des conditions d’activité et de justice d’un collectif de travailleurs du libre”. 2006, Rapport de recherche du Laboratoire de communication médiatisée par ordinateur (LabCMO). [“Las prácticas colaborativas de Koumbit: la construcción técnica y política de las condiciones de actividad y de justicia de un colectivo de trabajadores del libre”. Informe de investigación del Laboratorio de comunicación meditizado por ordenador (LabCMO).]
  • GOLDENBERG Anne. “Un collectif autogéré de travailleurs en informatique libre : le cas de Koumbit”, en L’action communautaire québécoise à l’ère du numérique, bajo la dir. de Serge Proulx, Stéphane Couture y Julien Rueff, p. 113138. Montréal : Presses de l’Université du Québec, 2008.
  • GOLDENBERG Anne. “Hacking with Care : attention, bien-être et politique de l’ordinaire dans le milieu hacktiviste” Dpi. Revue féministe d’art et de culture numérique, no 27. En Internet: http://dpi.studioxx.org
  • OSTROM Elinor. Governing the commons: the evolution of institutions for collective action. Cambridge; New York : Cambridge University Press. 1990