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Leyendas Y arquetipos del romanticismo español
Robert Sanders
This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 4.0 International License (ISBN: 978-1-365-62865-8. Segunda edicion.)
(v – viii)
Prólogo
Los arquetipos y las leyendas
Los arquetipos han sido de gran interés en la filosofía, la antropología, la sociología, la sicología y los estudios literarios. En un sentido básico, un arquetipo es un modelo o idea original que se manifiesta con variaciones en muchos contextos. El arquetipo puede corresponder a un concepto, una imagen, un objeto, un rito, un acto, una situación, un mito, un personaje u otro patrón mental. Cuando se estudia la mitología, por ejemplo, se puede observar el tema común del viaje al inframundo (catábasis) por un héroe, como el de Gilgamés al fin del mundo en la mitología sumeria (narrado en el Poema de Gilgamés, 2500–2000 a.E.C.), el de Orfeo a Hades en la mitología griega (siglo III a.E.C.), el de los gemelos Hunahpú e Ixbalanqué a Xibalbá en la mitología maya (narrado en el Popol Vuh, escrito c. 1554–1558) o el de Jesús de Nazaret en la mitología cristiana. Tanto el héroe y el viaje al inframundo son arquetipos desde las perspectivas antropológica, sicológica y literaria. Para el sicólogo seminal Carl Jung, el arquetipo es un proceso mental colectivo—del grupo humano—que opera a nivel subconsciente. De este proceso emergen imágenes arquetípicas y la huella de este proceso la encontramos en los motifs universales que podemos identificar en el discurso. Para el filósofo Joseph Campbell, el más universal de todos los arquetipos es el héroe o aventurero ; es la fi gura central de la mitología y la religión, de las costumbres y los ritos, de las ciencias modernas, y está presente en la subconsciencia de cada individuo, lo cual se puede verificar en el análisis de los sueños. Los arquetipos son parte de los esquemas mentales y sociales con que experimentamos individual y colectivamente los fenómenos del mundo. Los arquetipos literarios son personajes y situaciones recurrentes en una o más épocas y en una o más tradiciones literarias. Los arquetipos literarios revelan mucho sobre el pensamiento humano en general y también sobre el pensamiento de determinados grupos en situaciones particulares.
Las leyendas son narrativas tradicionales generalmente de origen oral que comunican valores sociales relativos a un lugar y época específicos a través de una historia. Las leyendas suelen ser “locales”, íntimamente ligadas a un lugar o geografía específica, pero cabalgan entre dos épocas: la época de los acontecimientos principales (la diégesis) y la época en que se cuentan (la emisión). Los valores comunicados pueden reflejar la sociedad referida en la leyenda, la sociedad que transmite la leyenda, o una combinación de las dos sociedades, a veces revelando tensiones entre ellas. Una leyenda importante es la de la fundación de Roma, en que los gemelos Rómulo y Remo, hijos del rey Marte, son abandonados en un río y criados primero por animales y después por pastores. Ya crecidos, descubren su identidad y se proponen fundar una gran ciudad. Esta leyenda es también una manifestación de tres arquetipos literarios: el del abandono en el mar o un río, el del niño salvaje y el de la identidad encubierta. Los tres arquetipos son recurrentes en muchas leyendas, en obras de ficción y también parecen observarse en la vida real. Otro ejemplo del abandono en un río del recién nacido sería la historia bíblica de Moisés, otro del niño salvaje sería Mowgli en The Jungle Book de Rudyard Kipling, y otro de la identidad encubierta sería Superman.
Las leyendas suelen organizarse alrededor de arquetipos—situaciones y personajes universales que son fácilmente comprendidos por el oyente—pero su relación con un lugar y época específicos les da un toque de verosimilitud y ayuda al receptor a suspender la incredulidad.
Leyendas y arquetipos del Romanticismo español
Los personajes arquetípicos más frecuentes del Romanticismo español son el rebelde, el donjuán, la virgen, la novia muerta y la celestina. El rebelde romántico es un ser siempre joven y artístico, intuitivo y naturalmente inocente, que experimenta la vida de manera más clara y directa que la sociedad, la cual, con sus restricciones e hipocresía, tiende a la degradación del individuo y su subyugación a voluntades ajenas. El donjuán es un conquistador sexual que se vale de artificios sociales, habilidad seductora y violencia para estimular su nunca satisfecho apetito hedonista. Es un joven atractivo y diestro que rechaza las normas sociales en beneficio propio y con terribles consecuecias. Los orígenes de este arquetipo se pueden encontrar en la literatura española medieval y también en la literatura árabe de la España musulmana. El nombre de este arquetipo, Don Juan, quedó sellado con el drama El burlador de Sevilla y convidado de piedra (c. 1630) de Tirso de Molina; desde entonces ha sido ampliamente imitado. La virgen es una idealización de la inocencia y como un ser incorrupto, representa una potencialidad redentora para el hombre que la posea. Su origen en el contexto español se relaciona con el culto mariano, que imagina a la Virgen María como una amable intercesora entre el individuo pecador y un Dios justiciero. Este personaje frecuentemente está destinado a la vida religiosa, hasta que tropieza con el donjuán. La novia muerta es una fi gura a que está sujeto el amante por un compromiso de amor ideal, un amor no interrumpido por la muerte. El amante romántico no repara en su aspecto corroído, su carne putrefacta, sino que se obsesiona por el recuerdo de su belleza anterior a la muerte. La celestina, como el donjuán, es un arquetipo especialmente español. Su origen literario es la Tragicomedia de Calixto y Melibea (1499) de Fernando de Rojas, conocida como La Celestina porque en esta novela dialogada una mujer vieja llamada Celestina, medio bruja, procuradora y restauradora de vírgenes, maneja los amoríos de los jóvenes Calixto y Melibea. Celestina es un personaje avaro y codicioso; vende los amores a cambio de dinero y joyas y desea tener fama de hacer lo imposible, lo mismo que don Juan.
Los autores románticos de leyendas españolas usan con frecuencia los términos leyenda y tradición. Los románticos usan esta distinción para indicar que sus tradiciones son elaboraciones literarias fi eles al recuerdo oral popular de los eventos históricos. En estos casos la tradición es un artefacto histórico mientras que la leyenda se inspira en la memoria oral pero incluye elementos y técnicas que el escritor o la escritora ha añadido por su efecto estético y a veces por motivos políticos o morales. Lo que las dos tienen en común es la transmisión del eco de eventos y lugares de interés para la imaginación colectiva. [ … ]
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(R. Sanders) La literatura recomendada:
Fernán Caballero. La Hija del Sol (1849).
Gustavo Adolfo Bécquer.
La Cruz del Diablo (1860).
El Monte de las ánimas (1861).
Los ojos verdes (1861).
El miserere (1862).
Julia de Asensi. El Encubierto (1883).
Ramón del Valle-Inclán. Rosarito (1894).