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Corriente existencial, orientación a una vida plena

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Fuente: Hilo Analítico. Vol. 6 Núm. 11 (2020): Por una psicología más pluralista y enfocada en la proyección social

Esta obra está bajo una licencia internacional Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0

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Corriente existencial, orientación a una vida plena
Mitchel Eliana Parra Corredor

Psicóloga, Docente Facultad de Psicología, sede Riohacha, Universidad Antonio Nariño.

Palabras clave: Humanismo, Corriente Existencial, Filosofía Existencial

 

“Solo el hombre es capaz buscar el significado de su propia existencia”. Viktor Frankl

En la disciplina psicológica existen múltiples corrientes que esperan dar explicación e interpretar desde su perspectiva aquello que sucede con el ser, como abordarlo y que esperar del proceso terapéutico, una de las corrientes psicológicas más influyentes desde una concepción individual es el existencialismo, definido como una corriente filosófica que contempla el conocimiento de la realidad a través de la experiencia vivenciada de la propia existencia en la que se resalta que el individuo es quien da significado a su vida y a los eventos que en ella ocurran, ya que es responsable de sí mismo y por tanto es quien toma las decisiones que orientan su vida.

Partiendo de esta premisa, su objetivo es cuestionar su alcance, siendo correcto indicar que esta respuesta solo será dada por sí mismo, a partir de interrogantes como este: ¿Dar un significado a mi vida o a mi existencia, contribuirá con mi felicidad o mi desarrollo como ser?

Uno de los desafíos de Viktor Frankl a lo largo de su vida, y que luego se convertiría en fundamento de sus intervenciones terapéuticas, fue el de inducir al consultante a tener un sentido incondicional de la vida, el cual solo sería posible al encontrarle sentido y significado y al afrontar la tolerancia a la frustración para así dar sentido al sufrimiento (Luna, 2014).

Partiendo de lo anterior, Frankl propone una aproximación analítica existencial (logoterapia), basada en un soporte fenomenológico y hermenéutico que facilita la interpretación y explicación de sí, llevando a comprender la esencia como persona y la realización de un ejercicio intrapsíquico que favorezca su salud Holística. Desde este planteamiento, la búsqueda o encuentro individual resulta un término abstracto aunque significativo, ya que está relacionado con la motivación humana en cuyo caso predominan “vacíos existenciales” trascendidos en frustraciones y enmascarados en deseo, poder, riqueza, aprobación social o desenfreno sexual, para lo cual es necesaria la terapia existencial en donde se busca que el paciente se haga consciente de sus responsabilidades y nadie más que él puede decidir en qué, ante qué o ante quién ser responsable, evitando juicios de valor y generando voluntad de sentido (Bruce, Compas &Gotlib, 2003). Pero, ¿cómo combatir dichos vacíos? La clave es dar significado o sentido a los eventos o circunstancias de la vida, puesto que obtener una explicación de lo ocurrido reducirá o eliminará el sufrimiento (Luna, 2012).

La práctica de la corriente existencialista favorece el arraigo del ser a su vida, como ocurre ante los casos de pérdida o duelo en donde se rompen los vínculos o relaciones establecidas hacia un otro como representación de valor fundamental para el diario vivir.

La terapia existencial pretende ayudar a la persona a que retome el equilibrio por una motivación o voluntad propia, una finalidad o a través de alguna meta luego de haber pasado por una pérdida.

Es decir, dar un sentido o significado a la vida que no dependan de personas en particular u objetos debido a que en el momento en que ellos desaparezcan, el significado de estar vivo desaparecerá incurriendo en actos de autolesiones o rechazo tales como suicidio, depresión, desorientación, consumo de SPA, alcoholismo o delincuencia.

De igual manera, desde el ámbito interventivo, la logoterapia expone técnicas implementadas desde esta corriente basadas en conceptos puntuales de ontología, noética y mayéutica, haciendo alusión a las diversas dimensiones de la persona: autotrascendencia (orientar la vida hacia algo o alguien diferente de sí); autodesprendimiento (desprenderse de sí mismo); ansiedad anticipatoria (huida de miedos); hiperintensión (inhabilidad ante el miedo); hiperreflexión (pensar demasiado); intensión paradójica (exposición del paciente a situaciones temidas), así como desreflexión o despreocupación (Bruce, Compas & Gotlib, 2003).

En conclusión, el apropia al ser de aquello que resulta importante es dar una orientación de sentido y un valor a la vida desde un ámbito axiológico múltiple que le proveerá de salud psíquica y abrirá la posibilidad a un vivir funcional en donde la realidad de contexto coexista con el arraigo de valores fundamentales tales como el respeto, la responsabilidad, la libertad y la felicidad.

Referencias bibliográficas
Bruce, E., Compas, I. y Gotlib, H. (2003). Introducción a la psicología clínica, ciencia y práctica. McGraw-Hill / Interamericana de México.
Luna J. (2012). Abordajes Clínicos desde el análisis existencial de Viktor Frankl. Editorial San Pablo, Bogotá, Colombia.
Luna J. (2014). Psicología clínica, un abordaje existencial, fenomenológico y hermenéutico, Editorial San Pablo, Bogotá, Colombia.

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